Ya es septiembre y al decirlo aparece una sensación de cierta nostalgia, como si el verano y su energía positiva se hubiesen desvanecido en la noche en la que el calendario gira su hoja. Pues no, el verano no se ha ido, es más, quedan tres semanas por delante hasta que podamos darlo por concluido. Que sí, que hay que admitir que septiembre a diferencia de agosto o julio, es sinónimo de readaptación para el nuevo curso, pero digo yo que igual merece la pena transitarlo con la perspectiva estival para que se nos haga menos cuesta arriba, más liviano. Quedan paseos, encuentros, reencuentros, citas, excursiones y un largo etcétera de oportunidades para seguir disfrutando de temperaturas agradables con un tic tac de fondo un poquito más lento y relajado que el resto del año. Y que la magia del otoño nos espere un poquito más… ¿te apuntas?
Me encanta con la perspectiva que miras y afrontas la vuelta
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