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NOSOTRAS. Nuestra vida en relatos.

Recordando los tiempos de universidad. Tacones fuera.

Alice sale de la ducha y elige el modelo que se pondrá para la cita con Violeta y Bárbara. En realidad, no tiene mucho que pensar, el negro siempre es la mejor opción para la noche.

¿Vestido o pantalón y blusa? piensa mientras se maquilla y seca el pelo. Finalmente saca de su ropero un vestido ligero con transparencias muy sugerente que desliza por su cuerpo. Selecciona los zapatos, se perfuma y ya está lista.

Hoy saldrán por el barrio de La Latina, recordando viejos tiempos de universidad, cuando prácticamente todos los viernes aterrizaban allí tras las clases e iniciaban el fin de semana sin demora y con los zapatos cargados para bailar buena parte de la noche.

“¡Hecho! Pues a las 22.30 horas en El Viajero” es el último mensaje en el chat grupal.

Violeta hace una parada ante el espejo de cuerpo entero que tiene en su habitación, para confirmar que su elección es la perfecta para hoy, coge las llaves y sale de casa.

Bárbara concluye su ritual particular poniéndose el labial que lleva usando desde hace más de 10 años, un clásico rojo que se puede decir que ya la define. Ha sido tema de conversación en múltiples ocasiones, sobre todo la última vez que viajaron un fin de semana juntas y no fueron capaces de cazarla con los labios desnudos. La conclusión fue que nadie nunca la ha visto sin él.

Entran en El Viajero donde picotean algo, charlan amenamente, tontean con cuatro chicos que hay en la mesa contigua y deciden cual será el siguiente local al que ir.

Un par de horas después están pidiendo una copa en la barra del “Bar La Feucha” donde tienen el privilegio de pedir canciones de las que a ellas les gustan sin tener que esperar una eternidad para disfrutarlas. Alaska, en cualquiera de sus etapas, suele ser su primera petición ya que a las tres las une la pasión por la música de Olvido Gara, le siguen peticiones como algún tema de Coldplay, A-Ha, Miss Caffeina, Sidonie, que van sonando a cada rato. Alice cierra la noche con su tema atemporal de Dorian “A cualquier otra parte” pues, aunque ni ella sabe por qué, esta canción es capaz de hacerla volar, soñar, crear, vivir, ser feliz plena y conscientemente por unos instantes más allá de cualquier realidad y refugiarse en cualquier otra parte.

Salen a la calle y paran un taxi que pasa con la luz verde. Las tres juntas vuelven a casa, en diferentes paradas eso sí, pero coincidiendo en el mismo primer gesto cuando cruzan el umbral de la puerta de sus respectivas casas, tacones fuera.

MSonia Ruiz.

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