Esos tópicos típicos que solo dan pereza.
Bárbara ha quedado con unos compañeros de trabajo. En el grupo que espera en el lugar de cita elegido hay alguien a quien no reconoce, pero pronto descubre que es el amigo de la compañera con la que comparte mesa de trabajo y la cual lleva varios días intentando convencerla de que quede con él, pero Bárbara poco predispuesta a citas mediadas por celestinas, ha declinado todas y cada una de las propuestas muy educadamente.
Cenan todos en el restaurante reservado y después se acercan al bar que hay a escasos metros y que ofrece música en directo todos los viernes. En realidad, el restaurante lo han elegido por la cercanía al bar-musical. Y allí transcurre la velada de manera amena.
Dos viernes después llega al chat grupal un mensaje de Bárbara que dice “Chicas, he decidido darle otra oportunidad a Mario, me ha mandado varios mensajes y me da pena volverle a rechazar. Es cierto que me pareció algo soso el día que le conocí y ya sabéis que yo con eso no puedo, pero igual estaba cortado porque no nos conocía mucho y le estoy juzgando mal. Además, me pareció guapete, eso sí, jejeje, ¡Viva la superficialidad! Voy a quedar con un chico por su físico y lo acompaña de emoticonos varios de caras riendo.”
Alice y Violeta tras animarla, cada una a su modo, ambas coinciden en solicitar cita de chicas posterior con emoticonos guiñando el ojo.
El lunes siguiente han quedado Bárbara, Alice y Violeta a la salida del trabajo en una tetería cercana.
Bárbara llega al local y se sienta en la mesa donde ya están sus amigas charlando animadamente. Casi sin haber dejado el bolso y acomodado en la silla, Violeta recrimina a Bárbara su retraso porque las tiene en ascuas e impaciente le dice que cuente ya.
«Pues la verdad es que fue solo regular, comenzó relatando Bárbara, mi percepción de que era soso era totalmente acertada. Me aburrí mogollón y me costó reprimir mis bostezos por educación. Creo que para él tampoco fue lo que esperaba. No obstante, al final de la noche me dijo que si íbamos a su casa y yo alucinada porque la noche tampoco invitaba a ello, no pude más que improvisar que estaba muy cansada y que los findes aprovechaba para salir a correr temprano. Es la manera más sutil que tengo de rechazar a alguien.» Y es que Bárbara, haciendo honor a su nombre, no suele ser aficionada a las medias tintas y es directa y tajante cuando lo tiene claro.
Alice y Violeta preguntaron acerca de la respuesta del chico, pero no había mucho más que contar pues hasta la fecha no había vuelto a tener noticias de él y su compañera de trabajo ni la había preguntado por Mario.
A ver chicas, comenzó diciendo Alice… “yo creo que lo que aquí pasa es que sois muy exigentes” y las tres comenzaron a reír sonoramente y entre carcajadas y lágrimas resbalando por las mejillas se miraron y dijeron a unísono “PEREZA”.
MSonia Ruiz.
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