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NOSOTRAS. Nuestra vida en relatos.

Solos tú y yo. Nuestra elección.

Sentadas frente al lago de “El Retiro”, observan cómo parejas, padres y madres con su hijos y otras tantas opciones, disfrutan de un rato a bordo de las barcas. Bárbara interrumpe el silencio durante la contemplación para decir que por raro que parezca, hasta a ella le apetecerá montarse con su hija el día de mañana “definitivamente, este proceso me está cambiando mucho” sentencia. Alice y Violeta sonríen ilusionadas por ella.

A raíz de este comentario, Violeta comienza a revelar algo que llevaba tiempo preocupándola, como ya saben sus amigas. “El otro día cuando Bruno vino a buscarme al trabajo, para acompañarme hasta el restaurante donde habíamos quedado nosotras, fuimos hablando del tema de la maternidad/paternidad. Aquella tarde nos informó mi compañera de trabajo de que estaba embarazada de su cuarto hijo con 44 años, lo cual me llevó a enlazarlo con mi “perimenopausia”. Me planteé hablarlo con Bruno en ese momento pero, en mitad de mi reflexión, fue él quien me preguntó lo que pensaba acerca de ser madre y si deseaba serlo. Era la ocasión perfecta para plantearle la cuestión. Le conté mi decisión de no serlo años atrás, pero añadí el revuelo en mi cabeza al enterarme de que igual se me estaba acabando el tiempo en ese sentido, a juzgar por mi último reconocimiento ginecológico.” Alice antes de que continúe su amiga, la corta y cuestiona “necesito saber antes de la respuesta de Bruno, cómo estás tú a ese respecto, qué sientes y opinas.” Violeta sonríe y complace a su amiga “pues tras ese momento inicial, yo estoy tranquila y he vuelto a acercarme a esa primera elección. Vamos, que ser madre no está en mis planes, no salvo sorpresa” y dirige su mirada hacia Bárbara mientras ríe. Alice y Bárbara se unen al momento y ríen también.

“Bueno, ahora ya nos puedes contar lo que Bruno te dijo” dice una Bárbara intrigada. “Claro, prosigue Violeta, yo no había hablado nunca con Bruno de ello, así es que no podía intuir su opinión. Admito que fue un momento tenso, y hasta pensé que sería un punto de inflexión para nuestra relación si él deseaba ser padre. Lo que no imaginaba es que igualmente lo sería aunque ser padre no fuese una de sus prioridades. De ello me di cuenta cuando me dijo que él pensaba en un futuro a mi lado sin exigencias, sin necesidades más que las de estar juntos. Que si yo quería ser madre, a él le parecía bien y organizaríamos la vida entorno a una familia, que considera que sería bonito, pero que la alternativa de ser él y yo solos, también le parecía una gran opción, quizás por la que él apostaría. Para él, la cuestión era hablarlo y decidirlo, ya que ambas vidas serían emocionantes. Creo que de todas las respuestas posibles, esta ni la había amparado, me dejó helada e hizo que mi corazón latiese fuerte y rápido. Descubrí no solo que ambos estábamos de acuerdo en el tema en cuestión, sino además me confirmó que era un hombre maravillosos, con capacidad de seguir sorprendiéndome a cada paso.” Y comenzaron a resbalar lagrimas por su mejilla que, a juzgar por su expresión en la cara, eran de alegría.

Sus amigas no encuentran palabras que puedan representar mínimamente lo contentas que están al ver a Violeta tan feliz, tan emocionada, tan sobrepasada por unos sentimientos intensos y maravillosos, que deciden fundirse en un abrazo infinito. Tan infinito como el amor que reina entre ellas y el respeto a la esencia de cada una.

MSonia Ruiz.

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